Autor: Raúl Alonso | Fuente: Curso de Apologética

June 17, 2016 radioluz

Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.

En la condescendencia de su bondad, Dios, para revelarse a los hombres, les habla en palabras humanas: “La Palabra de Dios, expresada en lenguas humanas, se hace semejante al lenguaje humano, como la Palabra del eterno Padre, asumiendo nuestra débil condición humana, se hizo semejante a los hombres” (DV 13).

¿La Biblia cayó del cielo?

¿En dónde nace la Biblia?

Tajantemente digo: La Biblia nace en la Iglesia Católica, es nuestra Iglesia quien bajo la iluminación del Espíritu Santo dicta que libros eran y cuáles no inspirados para estar dentro de la Biblia. No había protestantes hasta los cismas de Lutero en el Siglo XVI, por tanto no había biblias protestantes antes de esta separación de la Iglesia.

Autoridad por la determinación del Canon.

El tema del canon es importante conocerlo para dar razones de nuestra Esperanza (1 Pe 3,15), los católicos recibimos muchos ataques de no católicos como:

  • ·       ¿En donde dice en la biblia?
  • ·       Tu biblia fue alterada por la jerarquía católica
  • ·       Tu biblia tiene libros apócrifos
  • ·       Mi biblia es la verdadera
  • ·       María es solo muy favorecida no llena de gracia (Reyna Valera)
  • ·       Traducciones sesgadas (como en la Nuevo Mundo de los TDJs o en la misma Reyna Valera) , etc.

Vayamos a lo básico acerca de la biblia

Etimológicamente “Biblia” viene del griego Biblos: que significa “libros o conjunto de libros”.. La Biblia está conformada de muchos libros y fueron los libros del AT fueron compuestos entre el siglo X y el I a.C. y los del NT entre el año 50 y 150 d.C.

Dios y el hombre son los autores de la Escritura. Dios se valió de algunos hombres de la comunidad que, como verdaderos autores, pusieron todas sus capacidades para la composición de los libros bíblicos. Estos hombres, en la tradición posterior, son llamados hagiógrafos o escritores sagrados

La Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la lista de los Libros Santos. Esta lista integral es llamada “Canon de las Escrituras”. Canon viene de la palabra griega “kanon” que significa “medida, regla”.

Cuando vemos otras biblias, nos damos cuenta que algo no está bien, por ejemplo algunas biblias protestantes tienen 66 libros, faltan 7 libros! ¿O nos sobran 7?

Importante resaltar que el AT fue escrito en hebreo, y el NT en arameo y griego.

Antiguo Testamento

Los judíos consideraban que existían dos cánones de los Libros Santos: el Canon Breve (palestinense) y el Canon Largo (alejandrino).

El Antiguo Testamento en hebreo (Canon Breve) está formado por 39 libros y se divide en tres partes: ” La Ley”, “Los Profetas” y “Los Escritos”.

El Antiguo Testamento en griego (Canon Largo) está formado por 46 libros. La versión griega de la Biblia, conocida como de los Setenta, cuenta con 7 libros más: Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I y II de Macabeos y Sabiduría.

Además, algunas secciones griegas de Ester y Daniel. Estos libros son conocidos frecuentemente, aunque la expresión no sea necesariamente la más adecuada, como “deutero-canónicos”.

Los judíos en Alejandría tenían un concepto más amplio de la inspiración bíblica. Estaban convencidos de que Dios no dejaba de comunicarse con su pueblo aún fuera de la Tierra Santa, y de que lo hacía iluminando a sus hijos en las nuevas circunstancias en que se encontraban.

Los Apóstoles, al llevar el Evangelio al Imperio Grecorromano, utilizaron el Canon Alejandrino. Así, la Iglesia primitiva recibió este canon que consta de 46 libros.

Nuevo testamento

En los orígenes de la Iglesia, la regla de fe se encontraba en la enseñanza oral de los Apóstoles y de los primeros evangelizadores.

Pasado el tiempo, se sintió la urgencia de consignar por escrito las enseñanzas de Jesús y los rasgos sobresalientes de su vida. Este fue el origen de los Evangelios.

Por otra parte, los Apóstoles alimentaban espiritualmente a sus fieles mediante cartas, según los problemas que iban surgiendo. Este fue el origen de las Epístolas.

Además circulaban entre los cristianos del siglo primero dos obras más de personajes importantes: “Los Hechos de los Apóstoles” escrita por Lucas, y el “Apocalipsis”, salido de la escuela de San Juan.

A fines del siglo I y principios del II, el número de libros de la colección variaba de una Iglesia a otra.

A mediados del siglo II, las corrientes heréticas de Marción (que afirmaba que únicamente el Evangelio de Lucas y las 10 Epístolas de Pablo tenían origen divino), y de Montano (que pretendía introducir como libros santos sus propios escritos), urgieron la determinación del Canon del Nuevo Testamento.

Hacia fines del siglo II, la colección del Nuevo Testamento era casi la misma en las Iglesias de Oriente y Occidente.

En el siglo III comenzaron las dudas sobre la inclusión de los así llamados “deuterocanónicos”. La causa fueron las discusiones con los judíos, en las cuales los cristianos sólo utilizaban los libros proto-canónicos. Algunos Padres de la Iglesia hacen notar estas dudas en sus escritos —por ejemplo Atanasio (373), Cirilo de Jerusalén (386), Gregorio Nacianceno (389)—, mientras otros mantuvieron como inspirados también los deuterocanónicos —por ejemplo Basilio ( 379), Agustín (430), León Magno (461)—.

A partir del año 393 diferentes concilios, primero regionales y luego ecuménicos, fueron precisando la lista de los Libros “canónicos” para la Iglesia. Estos fueron:

* Concilio de Hipona (393)
* Concilio de Cartago (397 y 419)
* Concilio Florentino (1441)
* Concilio de Trento (1546)

En este último, solemnemente reunido el 8 de abril de 1546, se definió dogmáticamente el canon de los Libros Sagrados.

Los protestantes sólo admiten como libros sagrados los 39 libros del canon hebreo. El primero que negó la canonicidad de los siete deuterocanónicos fue Carlostadio (1520), seguido de Lutero (1534) y luego Calvino (1540).

En razón de que Dios ha inspirado los libros sagrados, podemos afirmar que en ellos encontramos la verdad en orden a nuestra salvación. La Biblia basada en la historia no pretende comunicarnos una verdad de tipo científico, sino la interpretación que hace de la misma historia a la luz de la fe, es decir, nos comunica la verdad salvífica.

“Los libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra” (DV n.11)

La Iglesia Católica fue la única responsable de la compilación de la Biblia, por tanto posee la autoridad de interpretación. Los católicos tenemos al Magisterio de la Fe, quien es custodio e intérprete para la correcta transmisión de la Revelación, funciona como un órgano de unidad. Con los protestantes o sectarios no hay un Magisterio, la interpretación es individual así que la validez es siempre de interpretación personal, por tanto hay una diversidad de creencias como pastores o personas que la leen de manera privada.

Pedro nos advertía sobre los riesgos de la interpretación errónea.

Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente – como también las demás Escrituras – para su propia perdición. 2Pe 3:16

Los católicos leemos el AT bajo la Luz del NT, hay reglas de interpretación que se llama HERMENEUTICA que serán tocadas en el siguiente tema

¿Solo Biblia o Iglesia?

Algunos protestantes o sectarios nos quieren poner contra la pared al usar la Biblia como único medio contenedor de la Palabra, incluso se atreven a decir que se puede ser “cristiano” sin iglesia y que toda Revelación se encuentra solo en la Biblia y nada más.

¿Dónde dice en la Biblia?

Nos preguntan, cuando para ellos una práctica no es clara para ellos (bautismo de bebes, confesar los pecados al sacerdote, los sacramentos, indulgencias, el Papado, etc, etc, y etc) Muestra de que no hay una interpretación común entre denominaciones que hay quienes si bautizan a sus bebes, hay quienes creen en el rapto y otros no, hay quienes creen no hay infierno, otros que creen son salvos siempre salvos y nunca pierden ese estatus, hay quienes creen en una Eucaristía parcial (consubstanciación), hay quienes veneran a María, y muchísimos etcéteras. De hecho si leemos los discursos de Lutero veremos que coincide por ejemplo en la creencia de dogmas marianos, el reto es que entre las diferentes divisiones siempre apelando al llamado del Espíritu Santo, caen en muchísimas interpretaciones erróneas, cada una dependiendo del individuo.

Entonces, si hay tanta división con interpretaciones de la Biblia, ¿A quién le creemos?

En la historia de la iglesia veremos cómo surgen herejías (Que hoy se repiten), como por ejemplo la de Arrio, quien pensaba o hay tres personas en Dios sino una sola persona, el Padre. Jesucristo no era Dios, sino que había sido creado por Dios de la nada como punto de apoyo para su Plan, y Arrio fue un personaje que vivió en el siglo III, así que estaba muy cercano a cuando Jesús estuvo con nosotros. ¿Qué hizo la Iglesia para mantener al pueblo en la verdad? Se dejo claro en una constitución dogmatica que creemos en un Dios Trino, Un solo Dios con tres personas, confirma la Trinidad.

La Iglesia como esposa de Cristo conserva y lucha para que sus fieles se mantengan en la Verdad, no nos deja abandonados. Siempre que hay una propagación de alguna herejía, la Iglesia viene y confirma lo que se ha creído desde la Iglesia primitiva, es entonces cuando emite dogmas (Verdades reveladas confirmadas por la Iglesia, no nace la creencia con la emisión del dogma sino es confirmado en esa fecha para la unión del pueblo de Dios).

Definición de MAGISTERIO

El magisterio es la autoridad de la Iglesia, investida a los obispos, como sucesores de los Apóstoles, para enseñar la fe bajo la autoridad del Sumo Pontífice, sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y cabeza visible de la Iglesia católica. El magisterio incluye la enseñanza de la doctrina, la moral y las costumbres.

Yo creo en la Biblia no en la Iglesia.

Muchos podrán pensar que toda la Revelación está escrita, pero eso ni es bíblico ni es histórico.

Pensemos esto: Jesús no manda a escribir la Biblia, manda a predicar el Evangelio, la Biblia como tal nace años después de haberse ido Jesús. Hasta la compilación del Canon, la predicación de la Palabra de Dios se dio de dos maneras:

1.     Oral
2.     Escrita

Veamos a Pablo

Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido. 1º Corintios 11, 2

Hermanos, os mandamos en nombre del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis. 2º Tesalonicenses 3, 6

¿Qué tradiciones pide Pablo guardar? Y ¿Cómo fueron transmitidas?

Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta. 2º Tesalonicenses 2, 15

Pablo en sus cartas nos confirma que siempre se dio la transmisión Oral y Escrita, en ningún versículo de la Biblia nos dice que solo La Palabra de Dios queda escrita. De hecho Juan al final del Evangelio  nos dice que hubo más cosas que hizo Jesús:
Juan, 21,24.Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.

25. Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran.

Jesús da la autoridad a sus Apóstoles, su Iglesia, para hablar en su nombre

Lucas 10,16.«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.»

¿A quién perseguía Saulo?

Cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?» .El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

Pero Jesús no estaba más aquí en la tierra, entonces ¿A quién perseguía?

La respuesta es: A SU IGLESIA

Jesús nos dejo a su paráclito para llevarnos a la Verdad siempre:

Juan 16,13.Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.

La Iglesia es pilar y fundamento de la Verdad

I Tim 3,15.pero si tardo, para que sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.

La Biblia es Palabra de Dios, eso ni duda para los católicos, pero no quiere decir que sea TODA la Palabra de Dios, quien es la autoridad y es pilar y fundamento de la Verdad es la Iglesia, la Biblia tiene su validez en la Iglesia.

La Iglesia, Sacramento Universal de Salvación

El Concilio Vaticano II (1962-1965) enseña que la Iglesia es, en Jesucristo, el sacramento, es decir, el signo y el instrumento, de la salvación universal del hombre.

De ahí que la Iglesia haya recibido la misión de anunciar e instaurar el Reino en todos los pueblos. Ella es su signo. En ella se manifiesta, de modo visible, lo que está llevando a cabo silenciosamente en el mundo entero. Es el lugar donde se concentra el máximo la acción del Padre, que en la fuerza del Espíritu de Amor busca solicito a los hombres, para compartir con ellos -en gesto de indecible ternura- su propia vida trinitaria. La Iglesia es también el instrumento que introduce el Reino entre los hombres para impulsarlos hacia su meta definitiva” Puebla, 227

Esto significa que:

  • La Iglesia es fruto de la obra salvífica de Jesucristo y que su función es manifestar y hacer presente la salvación de Dios a todos los hombres.
  • La realidad profunda de la Iglesia ha de estar inspirando constantemente sus manifestaciones externas para poder ser expresión de “la unidad íntima con Dios y la de todo el género humano”
  • El acontecimiento de la salvación se trata de vivir en la Iglesia a través de la comunión de vida, la oración, el compartir los bienes, la escucha constante de la Palabra y la celebración de los Sacramentos, especialmente la Eucaristía.

Del catecismo les traigo sobre el Magisterio

85. “El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado solo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo” (DV 10), es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma.

86. “El Magisterio no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar solamente lo transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser creído” (DV 10).

87. Los fieles, recordando la palabra de Cristo a sus apóstoles: “El que a vosotros escucha a mí me escucha” (Lc 10, 16; Cf. LG 20), reciben con docilidad las enseñanzas y directrices que sus pastores les dan de diferentes formas.

Catecismo

2034  El Romano Pontífice y los obispos como “maestros auténticos por estar dotados de la autoridad de Cristo … predican al pueblo que tienen confiado la fe que hay que creer y que hay que llevar a la práctica”. El magisterio ordinario y universal del Papa y de los obispos en comunión con él enseña a los fieles la verdad que han de creer, la caridad que han de practicar, la bienaventuranza que han de esperar.

2049 El Magisterio de los pastores de la Iglesia en materia moral se ejerce ordinariamente en la catequesis y la predicación tomando como base el Decálogo que enuncia los principios de la vida moral válidos para todo hombre.

2050 El Romano Pontífice y los obispos, como maestros auténticos, predican al pueblo de Dios la fe que debe ser creída y aplicada a las costumbres. A ellos corresponde también pronunciarse sobre las cuestiones morales que atañen a la ley natural y a la razón.

2032 La Iglesia, “columna y fundamento de la verdad” (1 Tm 3, 15), “recibió de los apóstoles este solemne mandato de Cristo de anunciar la verdad que nos salva”.[73] “Compete siempre y en todo lugar a la Iglesia proclamar los principios morales, incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio sobre cualesquiera asuntos humanos, en la medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas”.

2033 El magisterio de los pastores de la Iglesia en materia moral se ejerce ordinariamente en la catequesis y en la predicación, con la ayuda de las obras de los teólogos y de los autores espirituales. Así se ha transmitido de generación en generación, bajo la dirección y vigilancia de los pastores, el “depósito” de la moral cristiana, compuesto de un conjunto característico de normas, de mandamientos y de virtudes que proceden de la fe en Cristo y están vivificados por la caridad. Esta catequesis ha tomado tradicionalmente como base, junto al Credo y el Padre Nuestro, el Decálogo que enuncia los principios de la vida moral válidos para todos los hombres.

2034 El Romano Pontífice y los obispos como “maestros auténticos por estar dotados de la autoridad de Cristo … predican al pueblo que tienen confiado la fe que hay que creer y que hay que llevar a la práctica”. El magisterio ordinario y universal del Papa y de los obispos en comunión con él enseña a los fieles la verdad que han de creer, la caridad que han de practicar, la bienaventuranza que han de esperar.

2035 El grado supremo de la participación en la autoridad de Cristo está asegurado por el carisma de la infalibilidad. Esta se extiende a todo el depósito de la revelación divina; se extiende también a todos los elementos de doctrina, comprendida la moral, sin los cuales las verdades salvíficas de la fe no pueden ser salvaguardadas, expuestas u observadas.

2036 La autoridad del Magisterio se extiende también a los preceptos específicos de la ley natural, porque su observancia, exigida por el Creador, es necesaria para la salvación. Recordando las prescripciones de la ley natural, el Magisterio de la Iglesia ejerce una parte esencial de su función profética de anunciar a los hombres lo que son en verdad y de recordarles lo que deben ser ante Dios.

2037 La ley de Dios, confiada a la Iglesia, es enseñada a los fieles como camino de vida y de verdad. Los fieles, por tanto, tienen el derecho de ser instruido s en los preceptos divinos salvíficos que purifican el juicio y, con la gracia, sanan la razón humana herida. Tienen el deber de observar las constituciones y los decretos promulgados por la autoridad legítima de la Iglesia. Aunque sean disciplinares, estas determinaciones requieren la docilidad en la caridad.

2038 En la obra de enseñanza y de aplicación de la moral cristiana, la Iglesia necesita la dedicación de los pastores, la ciencia de los teólogos, la contribución de todos los cristianos y de los hombres de buena voluntad.

La fe y la práctica del Evangelio procuran a cada uno una experiencia de la vida “en Cristo” que ilumina y da capacidad para estimar las realidades divinas y humanas según el Espíritu de Dios. Así el Espíritu Santo puede servirse de los más humildes para iluminar a los sabios y los constituidos en más alta dignidad.

2039 Los ministerios deben ejercerse en un espíritu de servicio fraternal y de entrega a la Iglesia en nombre del Señor. Al mismo tiempo, la conciencia de cada cual en su juicio moral sobre sus actos personales, debe evitar encerrarse en una consideración individual. Con mayor empeño debe abrirse a la consideración del bien de todos según se expresa en la ley moral, natural y revelada, y consiguientemente en la ley de la Iglesia y en la enseñanza autorizada del Magisterio sobre las cuestiones morales. No se ha de oponer la conciencia personal y la razón a la ley moral o al Magisterio de la Iglesia.

2040 Así puede desarrollarse entre los cristianos un verdadero espíritu   filial con respecto a la Iglesia. Es el desarrollo normal de la gracia bautismal, que nos engendró en el seno de la Iglesia y nos hizo miembros del Cuerpo de Cristo. En su solicitud materna, la Iglesia nos concede la misericordia de Dios que va más allá del simple perdón de nuestros pecados y actúa especialmente en el sacramento de la Reconciliación. Como madre previsora, nos prodiga también en su liturgia, día tras día, el alimento de la Palabra y de la Eucaristía del Señor.

Bendiciones en Cristo y María Santísima Theotokos