MARÍA MADRE DE DIOS

January 1, 2017 radioluz
La Iglesia dedica el primer día del año a su Madre, como Madre de Dios, con la esperanza de que ella nos lleve de la mano hasta el último día del año. El año es una analogía de la vida cristiana. San Lucas contempla a María con el niño entre sus brazos. ¿Qué historias se le estarían revelando? La película de la vida que comienza va a estar marcada por el amor y el dolor, ingredientes necesarios del misterio de la redención. Y María ha sido elegida por Dios para ser corredentora.
1. Ayer hemos arrancado la última página del calendario. El año nuevo se presenta como una página blanca y limpia en la que quisiéramos escribir sólo cosas importantes y hermosas. Dice el refranero popular: “Año nuevo, vida nueva“. Sería triste convertirla en un circuito de fórmula uno en donde damos vueltas siempre por las mismas pistas 365 veces sin avanzar nada.
Decía el Abbè Pierre que “La vida es un tiempo que se nos concede para aprender a amar”. La vida que se entrega es la única que se multiplica. Al final de la vida sólo tendremos el tiempo que hemos vivido para amar, para servir, para crecer, para sembrar la paz y la felicidad. Sólo tendremos la cosecha de las semillas de bien.
2. “Madre de Dios” es un título que desafía nuestra razón humana. ¿Dios puede tener una madre, y más todavía esta madre puede ser una criatura suya? San Pablo enseña: “Nacido de mujer“. Cuando María estrecha entre sus brazos al Hijo del Padre puede decirle con ternura y verdad: “Hijo mío“. Nuestra mente es demasiado pequeña para entender las cosas grandes que Él hace. Pero una vez que hemos aceptado la Navidad, es decir, “El Verbo se ha hecho carne“, todo lo demás tiene sentido.
3. La maternidad es el privilegio de María que encierra las demás prerrogativas: Es “Inmaculada” porque Dios se preparó un paraíso como madre; goza de la “Asunción al cielo” porque no podía conocer la corrupción aquella que ha engendrado al Autor de la vida. Es “Mediadora de la gracia” porque la que nos ha dado a Cristo, en Él nos da todo. Recordemos el célebre verso de Dante: “Virgen Madre, hija de tu Hijo“. Los cristianos no podemos quedarnos en la contemplación del misterio. En María el “don”, lleva consigo una responsabilidad y una misión.
Hoy es también el día internacional de la paz. De María aprendemos a vivir como si la paz del mundo dependiera solamente de nosotros. Hay que realizar la pacificación del mundo comenzando desde nuestro propio corazón. Construir la paz en mí resolviendo mis conflictos interiores; luego la paz en la familia restaurando las pequeñas grietas. Este amor compartido se extiende después a círculos más amplios y son capaces de cambiar el clima del mundo.
En la mirada serena de tantas imágenes de María con su Hijo en brazos vemos una representación de esta mirada de Dios. ¿Acaso podríamos mirar sus ojos y no sentir que nuestro corazón se pacifica y que nuestros brazos se mueven de un modo eficaz para “luchar” por la paz?