Los textos subrayan el lugar que ocupa Pedro dentro de la Iglesia. Es el primero entre sus hermanos; los representa para confesar la fe en Cristo, pero también tiene la responsabilidad de construir en sólidos cimientos y defender el patrimonio de la fe.

Hermanas y hermanos:

1. El protagonismo de Pedro en el Evangelio de hoy nos permite reflexionar en la misión confiada al Santo Padre en el gobierno de la Iglesia y la santificación del pueblo cristiano. Son tiempos difíciles en donde abundan las amenazas del materialismo y el relativismo; la persecución arrecia en algunos países y aumenta el número de los mártires. Esto puede causar desorientación general y provocar el desaliento.

2. La palabra de un sabio y el testimonio de un santo se convierten en una gracia de Dios y un referente seguro en la doctrina y en las costumbres. El Papa nos invita a no tener miedo. “¡Abrid de par en par las puertas de vuestro corazón a Cristo!”. Todo cristiano debe responder con la fidelidad a sus enseñanzas y con el amor filial a su persona.

3. Las responsabilidades y atribuciones confiadas a Pedro están representadas en tres símbolos: “piedra” “llaves” “atar y desatar”

Piedra: Pedro es la roca que garantiza la estabilidad de la Iglesia. “Tú eres Pedro y sobre esta piedra construiré mi Iglesia”. Pedro y sus sucesores reciben una misión al frente de la comunidad cristiana.

Llaves: El que dispone de las llaves de una casa o de una ciudad tiene la responsabilidad de protegerla. Se trata de poderes de administración y gobierno en el plano espiritual. Pedro es el guardián de la fe y de las costumbres en la Iglesia. Las llaves de Pedro simbolizan la autoridad de la que Pedro ha sido investido para “abrir y cerrar”.

Atar y desatar: La metáfora usa un lenguaje jurídico para designar aquello que está prohibido o lo que está permitido, pero en el lenguaje del evangelio significa la capacidad de discernimiento para distinguir aquello que es la Voluntad de Dios. No es un poder de dominio sino un servicio a la comunidad.

El Papa es el punto de referencia y la garantía de la ortodoxia doctrinal y moral, porque Cristo le confirió el primado a través de Pedro. “El Papa es el que preside la caridad”

4.En el Evangelio de hoy Cristo vuelve a preguntarnos: “Y vosotros ¿Quién decís que soy yo?”. Sabemos que es imposible responder con la sola razón. Es un problema personal de elección que consiste en entrar en sintonía con Dios, abandonarnos a su acción interior en la esperanza y el amor; un acto de libertad, una decisión de fe. Cuando Cristo con su gracia desenmascara nuestros egoísmos nos predispone a dar la respuesta que tanto espera: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”  Y así despertamos a una luz nueva.