JESÚS ES LA LUZ DEL MUNDO

January 26, 2017 radioluz


Hermanas y hermanos:La semana pasada comenzamos a preguntarnos: ¿Quién es Jesús? Juan nos dio la primera definición: “El cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Hoy San Mateo añade algo: “Jesús es la luz del mundo”.

1. Frecuentemente nos ponemos a pensar: ¿Quién soy yo? ¿De donde vengo? ¿Qué sentido tiene lo que hago en mi vida? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué me espera en el futuro? Y de pronto, el pensamiento de una realidad cruel, la muerte, frena nuestro entusiasmo. ¡Todo acabará! ¿Habrá algo después de la muerte? Entonces movilizamos todas las fuerzas porque queremos vivir más.

Quizás la realidad de la emigración, tan cercana a nosotros, nos ayudará a entender ese desasosiego que se siente cuando uno está en otro país, lejos de casa, lejos de las personas que amamos. Puede llegar la desilusión, el cansancio, el desencanto, la oscuridad. Sin embargo, en el fondo se mantiene siempre una lucecita de esperanza. Es la secreta seguridad de que un día volveremos a casa.

2. Jesús es la luz que ilumina la vida. “El que me sigue, no camina en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” -nos dice-. Sus respuestas son simples y claras: “Venimos de Dios que es nuestro Creador”, “caminamos hacia Dios que será el premio de nuestra vida buena”, “somos hijos de Dios y hermanos de Jesucristo”.

Estas respuestas mantienen lejos de nosotros el fantasma de la incertidumbre y nos alientan a continuar en el camino que Jesús nos ha enseñado. Cuando uno encuentra la luz comienza a ver todas las cosas como nuevas. Así es el proceso de la conversión. Todo cambia. Cambia nuestro corazón, nuestra personalidad, nuestra forma de pensar, nuestro deseo de ser mejores

3. Para poder ver, necesitamos encontrarnos personalmente con Jesús. Basta con estar atentos a su llamado, porque Él suele tomar la iniciativa. En el comienzo de su apostolado, el Señor se dirigió a Galilea, pueblo de paganos, cumpliendo la profecía de Isaías: “El pueblo sumido en las tinieblas vio una gran luz”. Pedro y su hermano Andrés fueron los primeros que entendieron que estar con Cristo era una gran cosa. Luego los siguieron Juan y su hermano Santiago. Mientras estaban pescando escucharon una invitación sorprendente: “Seguidme, yo os haré pescadores de hombres”.

Aprendamos de ellos a dar una respuesta inmediata a lo que Dios nos pide. Dice el Evangelio: “Dejaron las redes inmediatamente y lo siguieron”. La luz que también nos ofrece a nosotros, nos renueva y nos convierte. Nos da una vida nueva que es la vida de los hijos de Dios. Es el milagro del Bautismo. La luz de Cristo es un don que debemos cuidar y repartir haciendo realidad su promesa: “Vosotros sois la luz del mundo, que vuestra luz resplandezca delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras”. Así sea.