¿Qué sentido tiene ser cristiano en el mundo de hoy? El evangelio nos da una respuesta a través de dos símbolos. El cristiano ha de ser sal y como ella dar sabor a la vida. El cristiano ha de ser luz y con su testimonio permitir que el mundo vea las cosas en su realidad y camine por el sendero correcto.
Hermanas y hermanos:
1. ¿Para qué sirve la sal en la vida humana? La sal purifica, da sabor, conserva lo perecedero, da valor. Así el cristiano con sus obras y su testimonio del Evangelio da sabor y valor a la humanidad. El cristiano es capaz de conservar al hombre con sus características, sus cualidades, sus valores, su capacidad de amar, de vivir en comunión con los hombres, su capacidad para relacionarse con el Padre Dios. Conserva al hombre libre de corrupciones como: La deshumanización, el consumismo, las mil formas de esclavitud que se dan en nuestros días, la violencia, el hedonismo.
2. El cristiano tiene que darle a la vida alegría, esperanza, sentido, razón de ser; motivos para hacer frente a las dificultades con ilusión, para superar los problemas, para no dejarse llevar por el desánimo ni el abatimiento; motivos para luchar por los pobres, para defender al indigente, incluso para dar la propia vida por el hermano. Es una acción parecida a la de la levadura en medio de la masa de pan.
3. La sal es importante, pero la luz todavía lo es más. Sin luz la vida sería imposible. La luz es la que nos permite ver las cosas en su realidad y andar por el camino correcto. La fe en Jesús Resucitado es la luz que puede dar respuestas a todas las inquietudes del hombre. Estamos acostumbrados a aplicarla a Jesús. Él mismo nos dice en otro texto: “Yo soy la luz del mundo, y el que me sigue no anda en tinieblas”. Aquí, en cambio, se nos dice que nosotros somos la luz del mundo. Estamos prolongando la acción de Jesús en cuanto damos testimonio de él.
4. La luz disipa las tinieblas, calienta lo que toca y exalta sus formas. Todo esto lo hace a una altísima velocidad. Si queremos desenvolvernos en medio de la noche, encendemos la luz; con la luz del día todo vuelve a la vida, todo se pone en marcha de nuevo; también suspiramos por un poco de luz en medio de los problemas, de las dificultades; empezamos a ver la luz cuando los problemas se van solucionando. La luz, se convierte en la imagen de lo bueno, de la vida, de lo positivo.
Hermanos y hermanas:
Cuando el Señor nos define como «la luz del mundo», quiere que seamos la vida y la solución de los problemas. Seamos luz del mundo para combatir la oscuridad, tanto la que se debe a la resistencia del mal y del pecado, como la causada por la ignorancia y los prejuicios. El cristiano es un ser de luz que irradia toda la luz que le viene de lo alto. Un ser que ilumina al mundo. Con la luz de Cristo.