INVITADOS AL BANQUETE

October 15, 2017 radioluz
El mensaje principal de la parábola del banquete es este: Todos hemos sido invitados al cielo, pero nuestra entrada en él va a depender de nuestra respuesta personal. ¡Llegar al cielo! Es el negocio más importante que hemos de realizar en esta vida porque, ¿de qué nos sirve lograr un buen nivel de bienestar, éxito en la carrera y en el trabajo, si al final perdemos nuestra alma?  La verdadera sabiduría, como decía santa Teresa se resume en este dicho popular:  “Al final ,el que se salva sabe y el que no, no sabe nada”.
Hermanas y hermanos:
1.  El banquete de bodas es la figura de un Dios que llama a todos los hombres a compartir con él la fiesta perfecta, pero que no encuentra la respuesta deseada. El banquete preparado, no gusta a muchos. Algunos responden a la invitación con indiferencia porque no cuadra con sus intereses; otros la rechazan abiertamente; e incluso hay también quien traza un plan formal para boicotear el programa, destruyendo sistemáticamente todos los valores morales de la convivencia humana y dicen: “Hay que eliminar todas las expresiones religiosas, destruir sus símbolos, acallar sus voces”.
2.  Sin embargo el comportamiento de Dios es respetuoso de la libertad humana. Los invitados del Rey dejan de ir al banquete por motivos materiales como el trabajo o los negocios; de manera semejante los hombres de hoy en gran parte se alejan de la fe por motivos de hedonismo o por las ideologías de turno. El mundo moderno está sufriendo de una enfermedad espiritual.
El ateísmo intenta “matar a Dios” o al menos hacerlo desaparecer de nuestra sociedad. El mismo Nietszche que se declaraba ateo exclamaba: “¿Cómo hemos hecho esto? ¿Acaso no nos estamos precipitando en el abismo, delante, atrás, a los lados, por todas partes? ¿Queda todavía un arriba y un abajo? ¿Acaso no andamos errando a través de un nada infinito?”
3.  Dios sigue teniendo esperanzas en el hombre. Él ha enviado su invitación a todos, “a los buenos y a los malos” sin excepción. Lo que nos permite la participación en el banquete del Reino de los cielos es la conversión a la gracia y a la caridad. Si esta falta “seremos arrojados a las tinieblas exteriores” como ocurrió al que no vestía la “túnica nupcial”.
¿Qué significa el vestido nupcial? Significa la caridad. Tenía razón San Gregorio Magno cuando predicaba que algunos están en la Iglesia con la fe pero sin la caridad. Nosotros somos comensales en el banquete del Verbo -decía él- porque tenemos la fe de la Iglesia y nos nutrimos con el alimento de las Sagradas Escrituras. Pero, mirad si venís con el vestido nupcial; examinad vuestros pensamientos, sopesad vuestros corazones para ver si no albergáis odio contra alguno, si la envidia no os quema por dentro a causa de la felicidad ajena, si no rumiáis planes ocultos para dañar a vuestro prójimo con malicia”.
Dice un refrán popular que “si no te pareces a quien amas, es porque no amas a quienes te pareces”. Y es que el amor o encuentra semejantes a los que aman o los hace semejantes. El verdadero amor lleva a darse, pero a darse de verdad, sin recortes, sin falsificaciones, sin limitaciones, sin hipocresías. Pidamos a Dios que así sea.