HONESTOS CON DIOS

October 22, 2017 radioluz
En la controversia con los fariseos aparece esta nueva insidia que busca hacer caer a Jesús en la trampa con el tema candente del pago de impuestos y le hacen la pregunta que ha hecho correr ríos de tinta. “¿Es lícito pagar tributo al César?”. Jesús hábilmente separa los dos campos: los derechos de Dios y los derechos de la autoridad humana. Deja clara la responsabilidad de la conciencia: Ser honestos con Dios y honestos con los hombres.
Hermanas y hermanos:
1. La mejor alabanza a la honestidad de Jesús viene de sus enemigos:”Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no te fijas en las apariencias”. Cristo no se deja engañar  y aprovecha la provocación de los fariseos para dejarnos una lección de comportamiento religioso y político que en vez de dividir, reconcilie al hombre con las razones más profundas de la vida. “¿A quien representa esta moneda? -pregunta Jesús- ¡Al César! -Dad pues al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios“.
2. La moneda que presentan los fariseos a Jesús tiene dos caras: en una está la imagen del emisor y en la otra el valor de cambio, pero la moneda es una sola. Dar a Dios lo que es de Diosno es una alternativa al “Dar al César“. El cristiano debe vivir su vida intentando trabajar por el progreso y el bienestar, pero debe hacerlo obedeciendo a lo que el evangelio le enseña. Por otra parte, cuando la Iglesia proclama el evangelio está recordando a la política la primacía de Dios. Nosotros también, desde la sencillez de nuestra vida cristiana deberíamos valorar un poco más las realidades espirituales y desprendernos un poco más de las cosas de la tierra.
3. “Dar al César lo que es del César significa reconocer la esfera legitima del poder civil y de las instituciones de servicio, estableciendo una relación correcta entre la dimensión religiosa y la dimensión humana. No se puede “dar al César de la economía“, pisoteando los derechos a la vida, al trabajo, a la educación, a la dignidad que tienen los hombres. No se puede “dar al César de la ciencia” haciendo experimentos arriesgados o mortales sobre otros hombres, como se pretende hacer con el embrión humano. No se puede “dar al César del dominio o del éxito” inmolando a otros hombres que mueren de hambre y de sed o son víctimas de la guerra o el terrorismo.
Por ello hoy debemos renovar nuestro compromiso de mejorar y transformar el mundo de acuerdo a la justicia y a la caridad que Jesús nos enseñó. Conciencia social que nos compromete a construir una comunidad de paz y de concordia, de progreso y de servicio. Una sociedad con derechos y deberes que respete la vida, el medio ambiente, la familia, la cultura, y la religión de todos los grupos humanos. ¿Verdad hermanos que es una buena ocasión para confrontar honestamente nuestras actitudes con las de Jesús? Con la ayuda de Dios así lo haremos.